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  • AG
  • 20 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 23 abr 2020


1. Rizoma. "Garras" listas para formar la esparraguera.

El COVID-19 nos tiene sobrepasados y detenidos por fortuna solo físicamente y sin duda sigue alimentando una crisis, animal que engorda, de acuerdo a Edgar Morin, por la suma de incertidumbres, las cuales tienen posibilidad de ser resueltas mediante la elección de una visión retrospectiva o una solución que, aunque positiva, tal vez sea contraria al sistema económico, político, social que hoy mueve al mundo.

Detrás de este cúmulo de incertidumbre, en la búsqueda de la redención, es el proceso de adaptación el que provoca que la Historia como efecto de una sucesión de crisis, conduzca al éxito a ciertos individuos de muchas comunidades, ¿Pero qué tipo de adaptación?


Me siento cómoda con el del Rizoma, concepto de Deleuze y Guattari, exponentes de la filosofía posmodernista, que se funda en la observación de un organismo vivo, planta herbácea de configuración no jerárquica a diferencia de los árboles cuyo tronco si es talado muere; este tipo de organización es tallo, raíz y fruto a la vez, no permite su reducción sino su extensión, al no tener dimensión no tiene principio ni fin, sino que en múltiples direcciones se erige de acuerdo a su bienestar, a lo largo de su vida se adapta a distintos ambientes, ¿Así tu espíritu?


Hay hortalizas que crecen a partir del rizoma, cuya cosecha es dócil y se convierte en benéfica para quien la produce, es el caso de los espárragos, sus semillas después de sembradas echan raíces que duran varios años en el terreno hasta dar a luz tallos de mayor volumen tan carnosos que son el fruto de la espontaneidad.


¿No te has encontrado últimamente muchos espárragos en menús, verdulerías, tiendas de autoservicio? Si eres despistado en el tema culinario probablemente no, sí una de tus debilidades es comer y cocinar, seguro los has de haber utilizado un par de veces esta temporada.


Esto es porque tan preciados tallos disponibles en color verde y blanco (en México solo crece la primera variedad), son ícono de la primavera, aunque se encuentran disponibles todo el año, es en el periodo de diciembre a abril que se obtiene el 70% de su cosecha. Por eso antes de que terminara el mes no quise perder detalle de tan noble planta.


Digo noble porque como rizoma se adapta a cualquier terruño, aunque los grandes productores de espárragos en nuestro país se encuentran al norte con suelos arenosos y ambientes desérticos, el espárrago también se adapta a climas mediterráneos y templados, es decir con presencia de humedad; para su desarrollo es importante la oscilación térmica.


2. Crecimiento de espárragos.

Se considera longeva porque su semilla se siembra por única ocasión para después cosecharse cíclicamente sin mayor cuidado. El comportamiento de su semilla es muy parecido al del maíz criollo a diferencia del maíz transgénico, otro tema muy polémico e interesante que pronto abordaré a propósito de la expedición de la Ley Federal para el fomento y protección del maíz nativo.


El origen de las esparragueras se remonta en las cuencas del Río Tigris y Éufrates, espontáneamente crecían en los alrededores de sus terrenos arenosos y sus tímidas laderas. Se cree que los primeros en cultivarlos fueron los egipcios al haber registros de sus esbeltas figuras atadas en manojos que ilustran los muros de sus monumentos alrededor del año 3,000 a.C., posteriormente su difusión a lo largo de Europa se debió a la extensión del Imperio Romano.


Es hasta los años 80s que se introduce en México, que actualmente se posiciona en el tercer lugar de producción a nivel mundial, lo antecede China y Perú. Estados como Sonora, Guanajuato, Querétaro y Baja California participan en el 97% de su producción, la cual es exportada a Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido y los Países Bajos. Los mexicanos solo consumimos el 1% de la cosecha, ¡Increíble!


A lo largo de Europa, se produce el espárrago blanco, a diferencia del verde, son mayormente apreciados porque su cultivo requiere más cuidado, es subterráneo. Su ausencia de color es resultado del medio en el que crece, sin luz no tiene clorofila.


3. Manojo de espárragos (Manet, 1880)

Manet pinta esta variedad de espárragos. “Manojo de Espárragos” (1880) es una de las obras artísticas que permite la exaltación de esta humilde planta por un grande, francés que abandona su carrera naval para dedicarse a la pintura, con carácter impresionista revela la vida cotidiana y popular en escenas cuya composición y austeridad de color causaron mucha polémica al desalinearse de trabajos como el de Tiziano, Rembrandt, Delacroixe y Velázquez.


Este escenario fue vendido por el artista al coleccionista Charles Ephrussi en 800 francos, sin embargo, éste le envía 1,000 francos, por lo que Manet como cambio pinta y envía de vuelta un único espárrago con la nota: “Le faltaba uno a su manojo”.


4. Espárrago (Manet, 1880)

“Espárrago” (1880), es otra composición extraordinaria que disrumpe la típica de bodegones barrocos holandeses: La descentralización del objeto en cuestión genera un equilibrio visual entre la textura de la cubierta de mármol en la que reposa y el espárrago, mientras que su monocromía confirma la presencia de ellos en el mundo. Su firma se vuelve parte del contexto, con el color la mimetiza.


¿Y si nos los comemos?, Son muy sencillos de preparar, basta con una olla al fuego con agua a punto de ebullición y sumergirlos por 3 o 4 minutos. Si te gustan crujientes recomiendo 2 minutos para después parrillar y acompañar con una vinagreta sencilla hecha en casa. Su textura fibrosa también va con salsas de alto contenido graso como la mayonesa.


5. Regiones vinícolas en Sudamérica

¿Para acompañar? Una de las uvas que produce vino con notas similares a la hierba "esparraguera", razón por la que se complica su maridaje, es la Sauvignon Blanc. Hace dos semanas les platiqué sobre un Sauvignon Blanc mexicano, hoy propongo uno de la región de Chapadmalal, Buenas Aires, Argentina.


El día que lo probé no pude desprenderme de su mineralidad bondad que ofrecen las uvas de la costa así como su dejo a hierba recién cortada, me recordó al del té limón, su retrogusto es fresco y corto, de atenuada acidez abraza especialmente a hortalizas como éstas que desprenden aroma sulfúrico. Si quieres intentar un maridaje similar sugiero la alcachofa.

6. Sauvignon Blanc de la costa de Chapadmalal


La primavera se nos va con la cuarentena, tal vez cuando esta estación tan siempre esperada termine, nuestro cuerpo siga estático, pasivo y atado a la seguridad de un mismo lugar, pero no permitamos que el espíritu. Mantenerlo como el rizoma en busca de luz para extenderse sin límites y revelar una creación que manifieste algo distinto al estar, el ser.

 
 
 
  • AG
  • 12 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Asociaciones en torno a las flores y su belleza


1. Tumba de Charles Baudelaire, cementerio de Montparnasse, París. (Marco Bonilla, 2017)

Disfruto ver las flores, en el paisaje camino a casa, en una vereda, en el mercado, en la esquina del señor que las vende por docena, por eso las quiero siempre conmigo. Me gusta tenerlas cerca, en una mesa, en el escritorio. Verlas con su vestido de color que pinta el lugar en el que estoy conforme pasa la luz del día y si son blancas ellas se mimetizan.



2. Flores y cielo en Atlixco, Claveles, Flor de Almendro (2020)


Hoy les quiero contar sobre las asociaciones en torno a las flores cuya sinfonía de cualidades emanan encanto con el hecho de estar y ser.

Alguien que me ha ayudado a encontrar ese lenguaje para detectar el aura que despiden es Charles Baudelaire, sé que es referencia de muchos, pero ¿Cómo no mencionarlo una y otra vez? Él es poeta francés (1821-1867) para ser más exactos, parisino. Además fue ensayista, traductor (de un grande Edgar Allan Poe) y crítico de arte por lo que incide e impulsa el futuro de artistas como Manet y Delacroixe.

Discordancia existencial, efecto de su legado conservador, práctica religiosa, muerte de su padre que lo conducen a una serie de excesos y a la conducta de un cuerpo libre que decidió existir como si fuera el último día, por lo que desarrolló una hipersensibilidad posterior a su cualidad innata, con el alma alerta del acontecimiento en distintos estratos sociales tejió con la naturaleza el mundo que habitaba en su corazón desde pequeño: El horror y el éxtasis.

3. Baudelaire (Nadar, 1855)

Las flores del mal la he traído aquí porque además de ser su obra máxima publicada en 1857, cosecha de su actividad como escritor desde sus inicios hasta 1840, es punto de inflexión en la concepción artística de esa época, semillas de un apasionado, flâneur, disruptor, dan luz a un ramillete de relatos cuya narración replantea el concepto de belleza, cuyo velo es tan provocador y contradictorio como la cotidianeidad, he aquí que Baudelaire me permita deshojar para después desdoblar cada una de las esencias que espiran las flores que encuentro en mi camino.

"La aurora tiritante, vestida de rosa y verde, Avanzaba lentamente sobre el Sena desierto, Y la sombra de París, frotándose los ojos..." (Fragmento del Crepúsculo Matutino, en Las Flores del Mal)

De igual modo me hacen recordarlas los motivos de Cecil Kennedy, pintor británico nacido en 1905, cuyo pincel delinea flores muy detalladas cuya perfección limitada por la unilateralidad, refleja su existencia tal cual botánico la registraría en un códice, si en cierta forma es una pintura sumamente realista, añade a sus cuerpos la cándida luz que conforma el espacio y la espontaneidad de una vida, los insectos. Tan etéreas se presentan frescas en un recipiente para dar corta existencia a un momento de fiesta, estancia o predicación. Ilustrar lo sublime de una imagen artística es para mí, tener una flor en mi más preciado rincón, la mesa.


4. Obra de Cecil Kennedy (1905-1997)


Porque como canta Facundo Cabral (1992), "me gusta el vino tanto como las flores", les comparto el vino de esta semana. Aunque muchos de los vinos que bebemos, en efecto tienen notas florales, éste para mí es un estandarte porque fue de los primeros vinos que al beber me remitieron a la figura de una flor, la lavanda.


5. Campos de lavanda en la Provenza. (N/A, 2019)

Se trata de los vinos de la Provenza, zona del sur de Francia cuyos sistemas montañosos y su cercanía al Mar Mediterraneo confieren condiciones físicas idóneas para el crecimiento de la vid, además de sus preciados campos de lavanda que tan iridiscentes son símbolo universal para los amantes del vino. El 90% de la producción de esta región corresponde a vino rosado.

Como acotación histórica, quiero recordarles que el proceso del vino rosado tiene origen en Marsella, aproximadamente siglo VI a.C., las uvas eran prensadas y procesadas muy rápido, lo que generaba un color más claro que el habitual tinto que conocemos, los romanos al tomar el control de esta comunidad en el siglo II a.C. lo encuentran atractivo y su proceso es difundido a lo largo del Imperio Romano. Actualmente encabeza la lista de deseos de muchos comensales, no necesariamente los más quisquillosos, por lo que es bienvenido en cualquier charla.

La sugerencia es un rosado cuya Apelación de Origen es Côtes de Provence, este caldo es especialmente orgánico, color rosa claro con destellos plata, blend de Grenache, Cinsault, Syrah. Notas frutales como el durazno, la lima, y florales como la lavanda y el jazmín. En boca sumamente expresivo, acidez perspicaz que seduce, fresco y equilibrado que confirma la mineralidad de la tierra donde creció. Apuesta victoriosa con ensaladas y ceviches, o moluscos y quesos frescos, espero que la figura de una flor emane en tu segundo o tercer sorbo. Recuerda que cualquier vino se juzga después del primero, ¡Salud!


6. Vino rosado AOC Côtes de Provence

 
 
 

Actualizado: 5 abr 2020


1. La ola de Kanagawa. 1 de 36 Vistas del Monte Fuji. (Hokusai, 1830)


Tantísimos días en mi ciudad natal, el encierro y la cercanía del mar, me han motivado a escribir sobre dos hombres que me han desbordado, visual y fonéticamente.


El primero con el que tuve contacto hace como 17 años fue Hokusai Katsushika, cuando vi La gran ola de Kanagawa, jamás pude olvidarla, cada vez que la encuentro la hago mía, en un libro, en una postal, en un fondo de pantalla, en la calle.



2. Referente de Hokusai en fachada de restaurante. Ciudad de México. (03/2019)


Confirmo que mi inconsciente en su mayor parte debe estar conformado por imágenes de mar, cuyas olas reflejan luz de distintos horarios y que han ido adosándose a mi historia hasta hoy. Por lo que ver cristalizado este fenómeno natural tan perfectamente ilustrado, me conmueve y remonta a mirar esa fuerza a través de una ventana interior. ¿Qué sería de nosotros sin el acceso a ellas?


Hokusai (1760-1849) es un artista, pintor y grabador japonés. Su obra es ícono del género Ukiyo-e, vocablo que significa mundo flotante, escenas que exponen el hedonismo en distintas facetas de la cultura japonesa. El ukiyo-e es una técnica que ocupa como base bloques de madera grabados para la producción de pinturas, de este modo su distribución podía llegar a mayor número de personas.



3. Ejiri en la provincia de Suruga. 10 de 36 Vistas del Monte Fuji. (Hokusai, 1830)


Hokusai aprende desde muy joven esta técnica por lo que con el tiempo la perfecciona, al inicio se especializa en el retrato de actores y mujeres en ambientes históricos. Posteriormente al paso de los años introduce variedad de temas, con los cuales alcanza su época de oro, al utilizar procesos y habilidades que no habían sido experimentadas: Centra su representación en paisajes y escenas donde introduce el uso de la perspectiva y las paletas de color pertenecientes a occidente, en las que la figura humana juega un papel secundario, contrario a Utamaro quien era reconocido por sus voluptuosas figuras femeninas.


" [...] a la edad de cinco años tenía la manía de hacer trazos de las cosas. A la edad de 50 había producido un gran número de dibujos, con todo, ninguno tenía un verdadero mérito hasta la edad de 70 años. A los 73 finalmente aprendí algo sobre la calidad verdadera de las cosas, pájaros, animales, insectos, peces, las hierbas o los árboles. Por lo tanto, a la edad de 80 años habré hecho un cierto progreso, a los 90 habré penetrado el significado más profundo de las cosas, a los 100 habré hecho realmente maravillas y a los 110, cada punto, cada línea, poseerá vida propia [...]" (Hokusai)

Admiro a este señor porque fue un hombre que trabajó hasta el último día de su existencia, desde que despertaba pintaba hasta la noche, este ritmo de producción persistió hasta el final de sus días. Además fue un nómada constante, hay registros de que habitó 90 lugares distintos, esto explica el legado de sus múltiples escenarios. Una de estas pruebas es su serie, Treinta y seis vistas del Monte Fuji, publicada entre 1830 y 1833 cuando el artista tenía 70 años. La gran ola de Kanagawa forma parte de esta serie.


4. José Juan Tablada en su jardín japonés de su casa. Cuernavaca, Morelos. (N/D, 1938)


La Reunión con el segundo personaje, Tablada, es más reciente, hace un par de años llamó mi atención su asociación con la poesía y las ilustraciones japonesas como efecto de sus apuntes de viaje.


Juan José Tablada (1871-1945), es un poeta mexicano que introduce el haikú, género poético de origen japonés formado por tres versos sin rima de 5, 7 y 5 sílabas que expresan escenas de la naturaleza o de la vida cotidiana, a la literatura mexicana de la época. De acuerdo a sus memorias, su afinidad con Oriente inicia con su visita a Mazatlán cuando era niño, donde dijo haber conocido la ruta donde atracaban los galeones de Manila en México.


La fascinación de Tablada radica en su asociación ingeniosa del paisaje mexicano y sus simbolismos dentro de la formalidad del haikú, ésto es muestra de su admiración por el japonismo. Su formación y contactos desarrollaron en él una conmoción por su estética, que posteriormente consolidó en su viaje que financiado por la Revista Moderna (1900), continuamente escribe desde Japón hasta su llegada, sus crónicas fueron tituladas "En el país del sol".


Su facilidad por la redacción y la compilación, le permitió publicar "Crónicas Parisienses", en Revista de Revistas (1911-1913) al ser comisionado por la Secretaria de Relaciones Exteriores para estudiar la organización de archivos europeos, viajó a París y es aquí donde se desencadena otro esbozo de viaje, no menos significativo.


5. Dibujos de Tablada que iluminan su libro Un día... Poemas Sintéticos. Tablada, 1919.

6. Haikú ilustrado por Tablada en Un día... Poemas Sintéticos. Tablada, 1919.


La apreciación del arte nipón en ilustraciones y retablos le permitieron la traducción del lenguaje visual al fonético.


Cabe recordar, su aportación no solo fue en la poesía y en la prosa. Como crítico de arte, influyó en pintores mexicanos como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Felix Bernardelli quien fue maestro de Roberto Montenegro y Gerardo Murillo (Dr. Atl) éste último con su trabajo conmemora el trazo de Hokusai. Está de más decir que la influencia japonesa estuvo presente en muchísimos artistas a lo largo del mundo.


7. Naturaleza muerta con estampa japonesa. Diego Rivera, 1909.


Tablada aunque nunca se dedicó formalmente a la pintura, ella fue una actividad recurrente que sirvió de herramienta para ilustrar múltiples de sus impresiones escritas.


Unas de las tantas escenas que acumulo en mis cajones son las dos siguientes. El típico atardecer en la playa que aún con los ojos cerrados describo y la pintura que mi abuelo manda a hacer a mi abuela para que ella siempre tenga vista al mar desde su recámara en Ciudad de México, para ella solo contemplarlo en movimiento "era un espectáculo" y cuando llegaba al Puerto decía que con el hecho de solo tenerlo despedía alegría.


Por fortuna, hoy este cuadro habita en casa de mis papás. A veces me pregunto si desde antes que naciera ya venía grabado en mi imaginario: la figura del mar, su color, su sonido y su aroma.

8. Vista de playa en Boca Del Río, Veracruz. (11/2019)


9. Playa. (Sánchez, 1965)


Para hacer más agradable este repaso cultural, les dejo la nota de cata con mucho sabor a mar. Sugiero Lágrimas porque es inherente a este paisaje ya que la mineralidad que aporta este terruño es vivaz debido a la alta salinidad que poseen sus aguas.


Vino blanco elaborado con 100% Sauvignon Blanc del Valle de San Vicente en Baja California. De color pajizo con destellos bronce y dos años de guarda, en nariz se percibe tan fresco tal cual brisa que desprende el oleaje, con notas que recuerdan a la manzana verde, la pera y la lima. Debido a que su acidez es larga y estimulante se recomienda acompañar con ensaladas, ceviches, pescados y crustáceos, efecto hipnotizante para prolongar la vista que proviene de tu ventana interior.






 
 
 

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